ESCUELA DE EDUCACIÓN TÉCNICA N 6 ALBERT THOMAS
MATERIA: EDUCACIÓN FÍSICA AÑO: 2021
FECHA DE ENTREGA: VIERNES 20 DE AGOSTO
Te proponemos que leas el siguiente articulo y luego realices una reflexión personal sobre la cuestión de género en los Juegos Olímpicos
1- ¿Consideras que ahora existe la igualdad entre hombres y mujeres en los JJOO? Justifica tu respuesta.
2- ¿Consideras que todos los deportes pueden ser practicados indistintamente por hombres y mujeres? Justifica la respuesta
3- En Tokio, hubo una posta de natación mixta. ¿Crees que es posible que se realicen otros deportes donde los equipos sean mixtos? Justifica la respuesta
4- En estos JJOO, hubo, atletas abiertamente declaradas no binarias y otra transexual ¿Crees que se puede abrir una nueva lucha por la igualdad, a partir de las nuevas perspectivas de género? ¿Cuáles serían?
5- ¿En qué otros ámbitos de la sociedad (escolares, laborales o deportivos), se produce esta desigualdad y como cambió con el transcurso de los años?
La historia de la mujer en los juegos olímpicos
Los Juegos Olímpicos nos permiten visualizar la realidad del mundo más allá del deporte, son un reflejo de la situación de cada país: de los temas de interés, cambios de mentalidad, avances en la tecnología y también de las realidades sociales.
La participación de las mujeres en los Juegos Olímpicos es uno de los procesos que ha tomado años en llegar a un acuerdo. Pierre de Coubertain, el fundador de los juegos olímpicos modernos, siempre estuvo en contra de la participación femenina “la mujer debe ser espectadora y debía limitarse a mirar, aplaudir y coronar a los ganadores, ya que el héroe olímpico debía ser siempre un hombre” declaró.
Esta postura fue apoyada por la iglesia católica lo que dificultó aún más la apertura y participación de las atletas. En esa época si eras una mujer con aspiraciones de participar, no sólo eras una libertina, sino también una pecadora, como si fuera poco, en la segunda edición de las olimpiadas modernas se consideraba que ciertos deportes afectaban la salud de las mujeres.
Tras años de discriminación en el mundo del deporte, veintidós mujeres hicieron historia en 1900 al ser las primeras en participar en los segundos Juegos Olímpicos de la modernidad, para competir en tenis, croquet, golf y vela celebrados en París entre el 14 de mayo y el 28 de octubre.
Aunque la participación fue extraoficial, ellas abrieron camino para que, 121 años después, esté completamente normalizado que las mujeres pueden practicar deportes y competir en ámbitos que siempre estuvieron reservados para hombres.
Los Juegos de Ámsterdam de 1928 fueron los primeros que contaron con la participación oficial de mujeres y marcaron el final de la era Coubertin, al no ostentar ya el Barón francés la presidencia del Comité Olímpico Internacional.
El papa Pío XI encabezó entonces la campaña en contra de la admisión de las mujeres, sin éxito. Atletismo, esgrima, gimnasia, natación y saltos fueron las especialidades en las que comenzaron su rumbo olímpico.
El proceso fue largo y tedioso, ya que al principio solo se habilitaron los deportes anteriormente mencionados porque se consideraban los “más adecuados” para ellas, la justificación era que no implicaban ningún tipo de contacto directo, movimientos bruscos o cualquier cuestión que pudiera afectar su salud, nuevamente, posicionándolas en un papel débil con restricciones. En esos años se creía que los deportes más fuertes con mayor exposición corporal, afectaban la salud las mujeres y las “masculinizaba”, hasta se llegó a decir que el hockey “era un inhibidor de la lactancia”. Muchos fueron los factores que influyeron y los logros que se consiguieron, los cuales tuvieron que ser constantemente defendidos. Existieron dos Juegos Olímpicos Femeninos, como una crítica hacia la discriminación por parte del comité olímpico, impulsados por Alice Melliat, quien venció a Coubertain, fundadora de la Federación de Sociedades Femeninas de Francia, esta forma pacífica de protesta y de pedir la participación femenina fue determinante para que las atletas fueran tomadas con mayor seriedad en las siguientes ediciones olímpicas.
La primera mujer en portar la llama olímpica y encender el pebetero fue una mexicana, Enriqueta Basilio, campeona de atletismo y pasó a la historia junto con su país en 1968, en las primeras Olimpiadas celebradas en Latinoamérica.
La primera rutina perfecta fue ejecutada por una mujer, el memorable papel de Nadia Comaneci, en 1976 con una rutina de 20 segundos en barras asimétricas, fue la acreedora del primer 10 perfecto en la historia del deporte. A pesar de los avances y las luchas para conseguir la igualdad, hasta hace algunos años en diferentes países seguían sin permitir la participación de atletas femeninas. Arabia Saudita, Qatar y Brunei, hasta Londres 2012, nunca habían permitido la inscripción de mujeres en la gala deportiva. De acuerdo con un artículo del periódico El País, Arabia Saudita permitió la participación de dos mujeres: Sarah Attar en atletismo y Wodjan Ali Seraj en yudo. Brunei y Qatar también enviaron representantes en salto de vallas y a Bahiya al Hamad en tiro olímpico, quien también fue la primera mujer en ser abanderada de su delegación en el desfile de apertura.
Las mujeres tuvieron prohibido el acceso en la primera edición, la disputada en Atenas en 1896, cuando personajes como el restaurador de los Juegos, Pierre de Coubertin, aún cuestionaban su presencia en los deportes. “Los Juegos son la solemne y periódica exaltación del deporte masculino, con el aplauso de las mujeres como recompensa”, decía.
“En lo tocante a competiciones deportivas públicas, la participación de la mujer debería estar absolutamente prohibida”, estimaba.
La tenista Charlotte Cooper, primera mujer en ganar una medalla olímpica.
El porcentaje de mujeres participantes en los Juegos de Río'16 fue del 45%. Algunas delegaciones presentaron más mujeres que hombres, como fue el caso de Canadá (331 deportistas, 187 mujeres y 126 hombres).
De las 306 pruebas de medalla, 161 fueron masculinas, 136 femeninas y nueve mixtas. La igualdad de género olímpica actual no es suficiente, señaló Thomas Bach en Estrasburgo, ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
En los Juegos Olímpicos Tokio 2020, casi el 49% de los atletas participantes son mujeres, según la asignación de cuotas del COI. Serán los primeros Juegos de la historia con equilibrio de género.
Asimismo, habrá un programa de competencia innovador, que garantizará la misma visibilidad entre las pruebas femeninas y las masculinas, y que incluirá nueve pruebas mixtas más que en Río 2016, lo que elevará el número total a 18.
El COI impone como requisito a los nuevos deportes que aspiren a entrar en el programa olímpico que ofrezcan igualdad de pruebas para hombres y mujeres, pero entre las disciplinas clásicas hay varias que desequilibran la balanza.
La lucha es el deporte olímpico menos paritario, con trece pruebas masculinas y cuatro femeninas, todas estas en la modalidad libre. La lucha grecorromana solo incluye competiciones para hombres.
El único deporte que ofrece más medallas a las mujeres que a los hombres es la natación: mismo número de pruebas en natación pura, aguas abiertas, waterpolo y saltos, pero las dos medallas de sincronizada, dúo y equipos, están reservadas a las mujeres.
El COI colabora con las acciones que desarrolla ONUMujeres, entre ellas la campaña "Una victoria lleva a otra" sobre el liderazgo de niñas y jóvenes a través del deporte. Para Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONUMujeres, “nunca se debe subestimar el poder del deporte. Puede cambiar vidas aumentando la confianza de las niñas y las mujeres jóvenes en su propia capacidad, y alentándolas a tomar la iniciativa y a apuntar a lo más alto. Una niña que ha llegado a conocer su propia fortaleza y resiliencia en el campo de juego está preparada para usar esa habilidad haciendo frente a los obstáculos que encuentre fuera del estadio”.
En opinión de Nawal Moutawakel, campeona olímpica y miembro del COI, “el COI tiene gran entusiasmo por seguir trabajando conjuntamente con ONU Mujeres para promover la igualdad de género, en particular a través de este proyecto, ‘One Win Leads to Another’, que se ocupa de la próxima generación de mujeres. Como mujer y atleta, sé algo acerca del poder del deporte. Lo he visto en mi propia vida. El deporte llegó a mi vida y la cambió por completo. Me dio la fuerza y la confianza en mí misma para superar muchas barreras que encontré en mi camino”.
Estos son los primeros atletas olímpicos transgénero y no binarios que hacen historia en Tokio
Aunque Tokio 2020 es la quinta edición Juegos en los que los atletas trans pueden participar abiertamente desde Atenas 2004, ninguno lo ha hecho hasta ahora.
Los Juegos de Tokio 2020 tienen el mayor número de competidores abiertamente LGBT + de la historia, incluidos varios pioneros que hacen historia como los primeros atletas abiertamente trans y no binarios en participar en unos Juegos Olímpicos.
Quinn, una mediocampista del equipo de fútbol femenino canadiense que se identifica como no binaria e hizo historia como la primera competidora abiertamente transgénero en unos Juegos Olímpicos, dijo que se sentían “orgullosas” de ver su nombre en la alineación, pero “tristes de saber que había atletas olímpicas antes que yo para vivir su verdad y conscientes de las realidades” de discriminación y prejuicio que enfrentan las mujeres trans,
Alana Smith fue la primera competidora abiertamente no binaria en representar a los Estados Unidos ocupando el último lugar en el patinaje callejero de mujeres, en una patineta adornada con pronombres de ellos / ellas, pero estaba “orgullosa” de lograr su objetivo de ser “una representación visual para humanos como yo”.
La ciclista Chelsea Wolfe, una ciclista reserva de BMX del equipo estadounidense, es la primera atleta abiertamente trans en unirse al equipo de Estados Unidos, aunque solo competirá en Tokio si uno de los dos miembros del equipo calificado se retira.
La levantadora de pesas de Nueva Zelanda Laurel Hubbard se convertirá en la primera mujer abiertamente trans en competir en los Juegos Olímpicos después de romperse el brazo mientras competía en los Juegos de la Commonwealth hace tres años.
Hubbard dijo que está “agradecida y conmovida por la amabilidad y el apoyo” que le han brindado los neozelandeses y ha mantenido un perfil bajo en el período previo a los Juegos.
A pesar de cumplir con los criterios establecidos por el Comité Olímpico Internacional, incluida la demostración de que su nivel de testosterona está por debajo de un punto establecido, la participación de Hubbard se ha convertido en un tema polémico, y muchos atletas y críticos creen que tiene una ventaja injusta.
Según las reglas del COI, los atletas trans pueden competir en los Juegos Olímpicos desde que Atenas fue sede de los Juegos en 2004. Cuatro Juegos, en Atenas, Beijing, Londres y Río de Janeiro, y un cambio de reglas (que permite a los atletas trans competir sin someterse a una cirugía).
Más tarde, Tokio 2020 está haciendo historia con varios competidores abiertamente trans y no binarios. Su inclusión, en particular la de Hubbard y otras mujeres trans, ha provocado fuertes oleadas de reacciones violentas y muchos críticos han argumentado que es injusto y se produce a expensas de otros atletas. Por lo general, se hace una distinción entre la identidad de género y el sexo, y las ventajas biológicas de este último (como los niveles elevados de testosterona) se utilizan para justificar la exclusión de los competidores de los eventos que se ajustan a su identidad de género.
Los argumentos reflejan los utilizados para justificar los esfuerzos generalizados para revertir los derechos trans en los Estados Unidos, aunque no necesariamente se basan en hechos: la investigación científica, aunque no es definitiva, generalmente no revela que los atletas trans tengan las supuestas ventajas que los críticos dicen que tienen; aunque algunos atletas trans se destacan, hay poca evidencia de que los atletas trans dominen inevitablemente los deportes en los que compiten y muchos legisladores no pueden nombrar a un solo atleta cuya participación haya causado problemas.
Las características del “sexo biológico” tampoco son tan claras como se sugiere, con niveles de testosterona y densidad ósea que varían significativamente entre atletas y personas intersexuales que nacen con características sexuales masculinas y femeninas.
A varias atletas de élite se les ha prohibido competir en el escenario internacional debido a los altos niveles de testosterona bajo reglas que prohíben a las personas intersexuales a menos que tomen medicamentos o se sometan a una cirugía para reducirlos.
Durante los Juegos de Tokio, el COI anunció planes para publicar nuevas pautas para los atletas transgénero dentro de dos meses centradas en la seguridad, la equidad y la inclusión. Todos los deportes tendrían que decidir por sí mismos dónde está el “punto óptimo” entre esas virtudes. Es probable que el elemento de seguridad sea un factor clave en algunos deportes, especialmente los deportes de contacto como el rugby, que prohibió a las mujeres trans de los juegos de élite a fines de 2020 por cuestiones de seguridad.
Los comentaristas confundieron a Alana Smith mientras competían en el evento callejero de skate para el equipo de Estados Unidos y los expertos de la NBC y la BBC utilizaron pronombres incorrectos durante todo el evento. Los medios de comunicación no son los únicos que utilizan pronombres incorrectos para los atletas no binarios en los Juegos. Si bien las biografías olímpicas oficiales de Quinn y Smith hacen uso de sus pronombres preferidos de ellos / ellas, ambos tienen su género incorrectamente enumerado como femenino en la parte superior de la página.
Changing The Game, un documental del cineasta Michael Barnett, ganador del premio Emmy, sigue la vida de tres atletas trans de secundaria en los Estados Unidos, e medio de una miríada de esfuerzos para restringir la participación de los atletas trans en los Estados Unidos, generalmente basado en la afirmación de que los atletas trans ( principalmente mujeres trans) tienen una ventaja injusta sobre los competidores cisgénero: la película arroja una luz más humana sobre las personas reales cuyas vidas son objeto de debates politizados sobre los derechos trans.