Capacidades Fisicas
Una capacidad
es una cualidad o una condición. El físico,
por su parte, es aquello vinculado a lo material o al cuerpo.
Se llama capacidades físicas
a las condiciones que presenta
un organismo, por lo general asociadas al desarrollo de una cierta actividad o acción. Estas
capacidades físicas están determinadas por la genética, aunque se pueden
perfeccionar a través del entrenamiento.
Es posible diferenciar entre las capacidades
físicas condicionales y las capacidades
físicas coordinativas. Las capacidades
condicionales son la velocidad,
la fuerza, la resistencia y la flexibilidad. Esto quiere decir que
las capacidades físicas condicionales se vinculan a la posibilidad de realizar
un movimiento en la menor cantidad de tiempo posible, de vencer una resistencia
gracias a la tensión, de mantener un esfuerzo en el tiempo o de alcanzar el
máximo recorrido posible de una articulación.
Las capacidades físicas
coordinativas, por su parte, son aquellas permiten la disposición de las
acciones de un modo ordenado para alcanzar una meta. La reacción, el ritmo, el equilibrio, la orientación,
la adaptación, la diferenciación y la sincronización o acoplamiento forman parte de esta
clase de capacidades físicas.
Puede decirse, en definitiva, que las capacidades físicas determinan las
prestaciones motrices de un individuo. Para mejorar el rendimiento en un deporte, por lo
tanto, se debe trabajar en la optimización de las capacidades físicas mediante
ejercicios específicos. De esta manera es posible mejorar la velocidad, la
fuerza, el equilibrio, la reacción, etc.
Es importante tener en cuenta, de todos modos, que las capacidades
físicas también establecen un límite
fijado por los genes que no puede superarse con entrenamiento: ninguna persona puede correr
a doscientos kilómetros por hora por más que entrene.
Los límites de las capacidades físicas son uno de los temas de debate
más recurrentes entre los especialistas de diversos campos en los cuales el uso
del cuerpo es fundamental para lograr los objetivos, como ser el deporte y las
disciplinas artísticas tales como el baile, el canto y la ejecución de un
instrumento. Por un lado se encuentran quienes aseguran que todos tenemos un límite, diferente en
cada individuo, mientras que otros creen firmemente que con esfuerzo y
dedicación, todos podríamos alcanzar las mismas metas.
El entrenamiento y el perfeccionamiento de las capacidades físicas
marcan una diferencia abismal entre las posibilidades que nos da el talento natural y las
que se abren ante nosotros una vez que hemos accedido a los conocimientos
técnicos. Tomemos el caso de los cantantes: en la música popular, lo común es
que usen sus dotes naturales para entonar sus canciones, aplicando su propio
estilo pero sin muchos fundamentos técnicos; en la música académica, por otro
lado, el despliegue de habilidad que puede tener lugar en un recital se halla
en un plano muy superior.
Aquí es donde surgen muchos de los puntos de enfrentamiento y debate, ya
que algunas personas se niegan a estudiar técnica por miedo a condicionar
su creatividad, mientras que otras no lo dudan porque desean aprovechar sus
capacidades físicas al máximo. Como ocurre en muchos otros temas similares,
todas las opiniones son válidas siempre que cada uno alcance la plenitud.
Para quienes sí reconocen diferencias en las capacidades físicas de cada
individuo, los límites no siempre los entienden como una medida para valorar el
potencial
sino como una serie de datos que pueden ayudarnos a encontrar el camino más
adecuado para nosotros. Por ejemplo, una persona con una voz ligera y de poco
volumen tiene más afinidad con la música barroca que con una ópera de Wagner,
del mismo modo que alguien de gran complexión y estatura seguramente se sienta
más a gusto haciendo deportes rudos que probando suerte en el contorsionismo.

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